Caminando en ascendente.

Me siento liberada. Al fin he escuchado esa parte de mí que me gritaba aquello que no quería oír.
Me centré tanto en el daño que me hiciste que obvié lo más importante y ahora que hay claridad en mi mente ya no me gobierna esa sensación de asfixie en mis pulmones, ya no tengo prisa, ni tanto miedo porque mientras más vaya en contra de lo que siento más se van a intensificar las ganas de estar a tu lado.
Así que ya estoy preparada para caminar, ya no tengo necesidad de ti, has dejado de golpear mis tímpanos. A pesar de que desee volver a encontrarme contigo en otras circunstancias, estoy lista para ser extraordinaria sin ti.