La tempestad no nos deja ser.
La verdad es que no siento la necesidad de contarte mis problemas. De hecho no quiero, lo hago por costumbre y por no aflojar más el lazo que nos une. No me siento apoyada. Estoy cansada de justificar y conformarme porque en el fondo espero mucho más. No estamos bien. No estoy bien.
(Te quiero pero últimamente no me gustas.)
Coge mi mano y agárrate fuerte, huyamos al centro del huracán. Quizás con la calma podamos escuchar nuestros pensamientos. Por favor, vuelve a mí. Te echo de menos.
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