No todos los tíos son unos cerdos.

ESCENA PRIMERA
Después de un tiempo y acompañados por la rutina decidís que lo mejor es tomar caminos separados. Más bien lo decide ella. Quedáis para tomar un café, esta vez decides echar un sobre y medio, el ambiente está denso y ella muy distante. Después de una larga lista de razones, lo suelta "te voy a querer siempre". Siempre, sí como ahora que te lanza a la cara el resto de azúcar. Ahora no se lleva el rollo "eres mi mejor amigo, puedes contar conmigo cuando lo necesites". No, es mucho mejor utilizar esa palabra que tiempo atrás costó decir por miedo al rechazo, como si fuera especial oírla,


ESCENA SEGUNDA
Ya han pasado varios días. 
Número de canciones: 3 (¿o 7?).
Número de poemas: 5 (publicados en el muro de Facebook).
Número de veces de reproducción de la discografía de Damen Rice: perdiste la cuenta.
Demasiada ginebra.
Demasiados cigarros.

ESCENA TERCERA
Ha llegado el momento de pasar de la autocompasión a pasarlo bien. Salir de fiesta, guiñar el ojo a esa chica que te mira con hambre en los conciertos, dejar de hablar sobre el amor y sobre todo disfrutar de los amigos mucho más que antes.
¿Y por qué no? Volver a hablar por Whastapp a esa rubia con la que tonteabas cuando te sentías saturado de la relación, quién sabe quizá hoy sí que caiga.


ESCENA CUARTA
Un día tonto, (mejor dicho noche tonta), habláis pero no del tiempo sino de veros porque no queréis guardar ningún tipo de rencor. Unas cervezas donde siempre, recuerdos y muchas risas. Ella está guapísima y tú podrido de añoranza.
La besas, te besa y os acostáis. Se levanta pronto con prisas porque ha quedado con su nuevo novio. Seguiréis en contacto repetís ambos.

ESCENA QUINTA
Decides pasar página de una vez por todas con un nuevo estado de Facebook donde cuentas las cervezas que dejasteis a medias.


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