La culpable soy yo misma.
No volveré a buscarte porque sé cómo terminará el encuentro, me quedaré tiritando a causa de la lluvia y la temperatura bajo cero frente a tus cálidas manos dando palmas. Te estoy dando lo mejor de mí que es la visión del mundo que tengo, mi amabilidad y comprensión con el individuo pues la parte sexual cualquiera puede disfrutarla, consiste en práctica y evasión. Soy una tonta ya que ante la certeza de que tu vuelta ha sido motivada por tu afán de superioridad de recordarme aquel abrazo que nunca me has dado, sigo esperando.
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