Yo solo quería enamorarme.

Este frío hace vibrar cada poro de mi piel siendo más fácil acordarme un poquito menos de ti. Sin embargo, como cada día, el minuto mágico me habla de tus labios y la necesidad que tienen los míos de rozarlos. 

(Todos los segundos que le siguen solo traen sueños solitarios y desesperados.)


Empiezo a aborrecer la media noche, ese minuto mágico en el que deseo permanecer pero tal avanzan los segundos el lazo que guarda mis sentimientos se tensa con más fuerza. Al final termino ahogándome, fumando, sola en el balcón, buscando la luna para que me reconforte. 



(Quince días más tarde)

Al final todo ha sido un aviso de la tormenta de estos días. Como si mi mente prediciera el desastre. Ahora que no siento nada, sin derramar ninguna lágrima, me quedo en mi caja gris vacía preguntándome si alguna vez el tiempo y aquello que llaman amor pasional me dejarán cicatrices en la piel.

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