Segundos de felicidad.
Cuando estás cerca el tiempo se consume lentamente. Tus labios susurran a los míos y yo simplemente me ahogo en tus ojos cristalinos. Sonríes, me coges de la mano a la vez que me obligas a bailar para ti y me conduces al abismo. A ciegas, me mezo sobre una fina cuerda que se tambalea, impregnada de tu aroma disfruto de esos pequeños segundos de valentía que le siguen al temor inicial. Tu lengua me saborea despacio mientras yo tiemblo de placer. Sonrío y me veo suspendida en el aire abanicada por la ronca melodía que canta mi nombre, y yo, perdida entre las sombras me pierdo junto al brazo del mar que tira de mi para depositarme en un pequeño hueco de tu mente.
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