Sólo sé que lo daría todo por aquella noche.

Intocable como la llama de un mechero eres, innotizante y ausente a la vez. Me estoy acercando demasiado pero no podría decirte el porqué... Atrapada, me tienes atrapada. Me haces desear llevarte donde nunca es de noche completamente y así vivir de un eterno crepúsculo. ¿Cómo lo haces? Me tienes perdiendo la razón, ideando mil y una maneras de conseguir tu reflejo.
Sé que me dijiste que te quedarías pero he de irme; así que, decidida a perderte me atrevo a pedirte una sola cosa: abrázame fuerte mientras bailamos en esta parada vidriosa de autobús.

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