Elige entre chico majo o gilipollas, no mezcles.

Me besas con ansia y prisa, con la intención de no dejarme pensar. Me acaricias sin llegar a tocarme, hablas del tiempo, de tus planes para este mes y la posibilidad de volver a vernos.

Me miras a los ojos mientras escupes un "te voy a dar un consejo, en esta vida no te ilusiones." Me río con ganas para ocultar mi desconcierto, tu repentina seriedad está de más.

"¿Qué expectativas tienes sobre esto?", preguntas de repente. No sé chico, a mí me gustaría una ceremonia en la playa con un montón de velas. No me cabrees, fóllame y lárgate. No es tan difícil, deja de ir de listo.

"Deberíamos intercambiar los números para poder mantener el contacto, ¿no crees?", sigo riéndome. Es una pena que no sea yo la protagonista de la conversación.

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