Te quiero mamá.
Ya ha llegado el día. Parece que fue ayer cuando me hablabas de sueños y de esperanzas propias de una adolescente y ahora estás esperando a que suene el timbre. Sé que tienes mucho miedo, yo estoy aterrada. No sé cómo lo has logrado pero ahí estás preparada para liderar otra batalla.
Si tuviera un lugar especial donde poder esconderme serían tus brazos. Me has dado todo y yo aún no he hecho nada por ti. Me enseñaste a no avergonzarme por llorar porque significa que siento, eso me dijiste y créeme lo tengo grabado.
Te he fallado inumerables veces y sé que quedan muchas más. Crees que no me doy cuenta, pero soy muy consciente de que te hacemos más pequeña de lo que eres. Porque eres el motor de nuestra familia, de nuestro día a día y si no estuvieras esto se hundiría mucho más rápido que el Titanic. Nunca lo he entendido y no sé si lo entenderé, pero la verdad es que aún espero a que salgas huyendo y no lo haces. Por eso me encantaría poder tener algo de tu coraje, así que gracias por seguir siendo mi mayor inspiración.
Cada noche sin ti se me hace insoportable, pero ambas lo necesitamos. Yo necesito madurar y tú crecer.
Así que mucha suerte en tu nueva aventura, demuéstranos que aún tienes superpoderes por mostrarnos.
Comentarios
Publicar un comentario