Tu ausencia, aunque no lo creas, me quema.
Con el teléfono en la mano y mis miedos en la otra doy círculos por mi cuarto. Otro día sin escuchar tu voz. Hemos sido tan cercanos, hemos compartido secretos, rabia y risas....pero ahora nada nos queda, sólo somos unos extraños, un vano reflejo de aquella ilusión que creamos. Como puedes observar te escribo para pedirte perdón. Perdón por no poder ser tu sombra y, sobre todo, por ser un motivo de tu intento fallido por lograr su atención. Sólo espero que algún día yo sea suficiente.
Comentarios
Publicar un comentario