Norte y centro.

Las manecillas del reloj se mueven a nuestro favor a pesar de que duela cada "tick-tack" que nos separa. Ya queda menos para encontrarnos.
Una vez al mes podría no ser suficiente pero gastamos todo el tiempo planeando el momento. Mientras me cambio y preparo la cama, callo todas las voces que me dicen que esto que no tenemos no durará, y que perseguir tu quimera solo traerá reproches y días vacíos. Me deseas buenas noches y me dices que te gustaría que estuviese allí contigo bajo tus sábanas. Descansa te digo con un beso. 
Ojalá pudiera mantener esa inocencia eternamente en ti. No me conoces en absoluto y eso, por extraño que parezca, también duele. 

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