Otra tarde perdida contigo.
Salgo al balcón con mi sudadera a fumarme un cigarro mientras me entretengo contando las ventanas del edificio de enfrente a la vez que tarareo alguna canción. De repente te veo aparcar y corro para comprobar si tengo el cuarto decente. Cuando me dispongo a salir me propones un cambio de planes, así que acabamos discutiendo en la cocina por la cebolla con la conclusión de que debes darme alguna lección, yo como he desistido te dejo hacer a ti la tarea mientras canto y bailo a tu alrededor. Cenamos, hablamos, hablamos, hablamos y nos besamos; y aunque no te fíes de mi y yo no confíe en ti, sé que esta noche sola no voy a dormir.
Comentarios
Publicar un comentario