Ya no estás.
Todavía puedo sentirte a mi lado, como si hubiéramos estado abrazados y tumbados en el sofá hace cinco minutos. No te lo he dicho pero ese momento fue el mejor de la semana, no, el mejor del mes. No me importó que ella vigilara nuestros movimientos, pues en ese momento eras completamente parte de mi como si nunca antes hubiera sido de ese modo Así que en estos días de desolación, con la certeza de que te estás yendo de mi lado, con el miedo de perder tu recuerdo, me aferro a ti, a ese instante en el que sólo deseé tenerte cerca para sentir tu calor.
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